Entristécete no porque los hombres no te conozcan, sino porque tú no conoces a los hombres.
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¡Arriba, haragán! ¡No desperdicies la vida! Ya dormirás bastante en la sepultura.
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En el asombro hay siempre un elemento positivo de plegaria.
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Debemos amar a nuestro país aunque nos trate injustamente.
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Estamos tan acostumbrados a disfrazarnos para los demás, que al final nos disfrazamos para nosotros mismos.
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El desdichado no tiene otra medicina que la esperanza.
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No cambies la salud por la riqueza, ni la libertad por el poder.
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Lo último que uno sabe es por donde empezar.
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Visto un león, están vistos todos, pero visto un hombre, sólo está visto uno, y además mal conocido.
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Las cosas muertas pueden ser arrastradas por la corriente, sólo algo vivo puede ir contracorriente
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La armonía total de este mundo está formada por una natural aglomeración de discordancias.
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Toda obra es deleznable, sólo su ejecución no lo es.
Miscelánea
Frío e insípido es el consuelo cuando no va envuelto en algún remedio.
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La gloria de los grandes hombres debe medirse siempre por los medios que han empleado para adquirirla.
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La mayoría de los males les vienen a los hombres por no quedarse tranquilos en casa.
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No me dejes caer en el vulgar error de soñar que soy perseguido cada vez que alguien me contradice.
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La mujer ha de ser dueña, y parecerlo, que es más.
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La queja trae descrédito.
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El primer efecto del amor es inspirar un gran respeto; se siente veneración por quien se ama.
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Es funesto que nos acostumbremos a reconocer como ejemplos de sana belleza algunas obras clásicas, que acaso son objetivamente muy valiosas, pero que no causan deleite.
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