Siempre hay peligro para aquellos que lo temen.
Sentimientos
Da más fuerza saberse amado que saberse fuerte: la certeza del amor, cuando existe, nos hace invulnerables.
Sentimientos
La camaradería no es más que la mitad de la vida: la otra mitad es el amor, una cosa tan diferente de aquella, que podría uno imaginarse que fue creada para otro universo.
Sentimientos
Algunos creen que para ser amigos basta con querer, como si para estar sano bastara con desear la salud.
Sentimientos
La felicidad de los grandes consiste no en sentirse felices, sino en comprender cuan felices piensan otros que han de ser ellos.
Sentimientos
El amor, a quien pintan ciego, es vidente y perspicaz porque el amante ve cosas que el indiferente no ve y por eso ama.
Sentimientos
La clase de felicidad que necesito es menos hacer lo que quiero que no hacer lo que no quiero.
Sentimientos
Es tan grande el placer que se experimenta al encontrar un hombre agradecido que vale la pena arriesgarse a hacer un ingrato.
Sentimientos
Nadie que confía en sí, envidia la virtud del otro.
Sentimientos
Incontenida, la cólera es frecuentemente más dañina que la injuria que la provoca.
Sentimientos
El mayor despeñadero, la confianza.
Sentimientos
Aprueba a los buenos, tolera a los malos y ámalos a todos.
Sentimientos
La gratitud de muchos no es más que la secreta esperanza de recibir beneficios nuevos y mayores.
Sentimientos
La verdad es que amamos la vida, no porque estemos acostumbrados a ella, sino porque estamos acostumbrados al amor.
Sentimientos
Una esperanza reaviva otra esperanza; una ambición, otra ambición.
Sentimientos
La felicidad reside en los gustos y no en las cosas; somos felices cuando tenemos lo que nos gusta y no cuando tenemos lo que los demás encuentran agradable.
Sentimientos
Estando siempre dispuestos a ser felices, es inevitable no serlo alguna vez.
Sentimientos
La resignación es un suicidio cotidiano.
Sentimientos
El amor crea en la mujer, una mujer nueva; la de la víspera ya no existe al día siguiente.
Sentimientos
Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio.
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